Anoche asistimos al esperado debut de Wardruna en Chile y te contamos sobre la experiencia.
Anoche asistimos al esperado debut de Wardruna en Chile y te contamos sobre la experiencia.
Después de años de espera, el Teatro Caupolicán fue testigo del debut en Chile de Wardruna, la aclamada banda noruega que ha logrado capturar la esencia de la cultura nórdica a través de su música etérea. La noche del 9 de octubre, desde las 21hrs en punto, los asistentes no solo presenciaron un concierto, sino que vivieron una experiencia mística que resonó profundamente en cada rincón del recinto.
La atmósfera del lugar se transformó desde el primer acorde, haciendo estallar el recinto en aplausos y gritos de alient. La combinación de instrumentos tradicionales como la kraviklyra, el tagelharpe y los tambores, junto a elementos audiovisuales que hacían que la experiencia aumentara en su calidad, creó un paisaje sonoro y ambiental capaz de transportar a los presentes a un mundo antiguo y mítico. Einar Selvik y Lindy-Fay Hella, al frente de la banda, ofrecieron una interpretación cautivadora que mantenía a los presentes expectantes, sobre todo considerando que las voces de ambos se entrelazaron con una belleza casi hipnótica.
Cada tema del setlist fue un viaje en sí mismo. Desde las profundas resonancias de "Tyr" hasta la envolvente "Helvegen", el público fue llevado por un recorrido que Wardruna tan hábilmente explora. La conexión con el público fue palpable; no solo se escucharon aplausos, sino también susurros de admiración que confirmaban la entrega de todos los asistentes.
El Teatro Caupolicán, con su rica historia y su arquitectura imponente, se convirtió en el escenario perfecto para este ritual sonoro. La iluminación tenue y los efectos visuales sutiles complementaron la propuesta artística de Wardruna, sumergiendo al público en una experiencia multisensorial que fue a la vez introspectiva y colectiva.
En resumen, el debut de Wardruna en Chile fue más que un concierto; fue una ceremonia que reafirmó el poder de la música como vehículo de memoria y conexión cultural. Un evento que, sin duda, quedará grabado en la memoria de todos los afortunados que tuvieron el privilegio de asistir.
Fotografía: Francisco Aguilar